Después de varios meses de subidas en el precio de la luz y la subida en el precio de gas ocasionada tras la guerra de Ucrania, que repercutió en el mercado del gas a nivel europeo, el estado español y Portugal han optado por la llamada “solución ibérica”. El precio del gas en el mercado mayorista energético ibérico no puede superar los 48,80€ megavatios por hora. El mercado mayorista del gas es dónde se reúnen los diferentes actores del mercado del gas y quedan fijados los precios teniendo en cuenta la oferta y la demanda.
El Ministerio de Transición Ecológica español y el Ministerio de Medio Ambiente y Acción Climática portugués han trabajado en un proyecto conjunto para poner topes al precio del gas que se suministra en el mercado mayorista eléctrico, con el objetivo de bajar el precio de la luz en la Península Ibérica. Una medida que beneficiará a millones de hogares de ambos estados, a empresas y a PYMES.
El tratado, a día de hoy, está aprobado por la Comisión Europea, que ya ha emitido una preautorización y ambos países emitieron las leyes que dictarán el tratado el viernes 13 de mayo. En España ya se ha publicado la norma en el BOE, pero no se aplicará hasta que se haya una decisión formal del Colegio de Comisarios y la orden ministerial de Transición Ecológica, lo que podría implicar una demora de 10 a 15 días para su puesta en práctica.
¿En qué consiste el tratado por el tope del gas ibérico?
Para entender lo que han pactado los países ibéricos con la Comisión y en qué consiste exactamente esta medida, debemos tener en cuenta los factores que la propiciaron y los diferentes aspectos que esta incluye.
Solo en la península ibérica
La medida solo se aplicará en España y Portugal, ¿por qué la Comisión Europea ha aceptado esta excepción que deja fuera al resto de los países miembros? Dejando de lado el hecho de que España, Portugal y sus ciudadanos arrastran con un bagaje económico desde la crisis de 2008 y de la pandemia del covid19, y sus mercados no son tan potentes como el resto de las potencias europeas; el mayor motivo es por la poca interconexión eléctrica con los demás países de la Unión Europea.
La excepcionalidad ibérica, fue pactada en primer lugar el 25 de marzo por el presidente español Pedro Sánchez y el primer ministro portugués António Costa con los líderes de la UE razonando que la interconexión eléctrica de la península ibérica es de solo del 2,8% con el resto de los países europeos. Esto quiere decir que el abastecimiento con fines de generación de energía eléctrica de la península ibérica no depende de Europa y que los precios desorbitados del mercado de gas europeo eran injustos para España y Portugal.
El tope de gas y el tiempo de aplicación
En primer lugar, para poder aprobar la propuesta Madrid y Lisboa han tenido que ceder en el precio máximo del gas. Ambos países querían que el tope fuese de 30 euros megavatios por hora y, finalmente, acabará siendo de 48,80 euros megavatios por hora, como indicábamos al inicio del artículo.
En segundo lugar, la medida está limitada en el tiempo, la duración será de doce meses. Durante los primeros meses el precio del gas será algo más bajo, de 40€ MW/h e ira subiendo paulatinamente hasta llegar a los 48,80 pactados.
Fuentes del Gobierno y de la Comisión Europea han asegurado que esta medida supondrá un gran ahorro para los hogares y empresas españolas, pero ¿cómo nos afectará exactamente?
Cómo afectará a los ciudadanos la solución ibérica
Según la ministra de Transición Ecológica, para los consumidores acogidos al PVPC, la bajada en el precio de la electricidad será del 30%. El PVPC es el precio voluntario al pequeño consumidor, una tarifa semiregulada por el Gobierno y que está directamente indexada al mercado mayorista. Al PCPV están acogidos el 40% de los hogares españoles aproximadamente.
Para las industrias resulta también una gran medida, ya que las empresas españolas cubren el 70% de sus necesidades energéticas mediante los precios del mercado mayorista energético.
Sin embargo, no es oro todo lo que reluce, y las compañías eléctricas ya han dicho que la diferencia entre el precio real del gas y el tope fijado se cargará a los consumidores. Endesa ha valorado el coste de la medida en 6.000 millones de euros para las compañías. En primera instancia la medida se sufragará por los consumidores que primero se benefician de ella, los que están en régimen de PCPV. Después, las compensaciones a las eléctricas se harán efectivas a todos los contratos.
El impacto real de la medida en los consumidores son especulaciones tanto por el estado como por las empresas y, por desgracia, tendremos que analizarla después de su aplicación. En cualquier caso, desde Barney&Co siempre estaremos del lado de los hogares y las empresas para ayudarles a ahorrar con el precio de la luz.